

- Muy bien soldados es momento de partir, no se queden atrás.
Con esa orden marchamos, yo seguía nervioso. De pronto, alguien tocó mi brazo, era el soldado del lado, él era un poco más alto que yo, con pelo corto, un bigote fino y cara agradable.
- No te preocupes, él hace aquella rutina con cada nuevo soldado, el castigo solo es para intimidarnos, pero no lo presiones o cumplirá con su promesa. - Me dice susurrando. - Por cierto, soy Richard Flynn, tu debes ser William Featherstone, Jeff nos contó al resto sobre ti.
- Un gusto, por cierto, cómo se llama el hombre que nos está entrenando.
- Él es el sargento Smith, fue soldado durante la guerra contra los Yakama, aunque realmente obtuvo reconocimiento cuando peleó durante las guerras Comanche donde logró emboscar a un grupo de indios enemigos que habían causado varios problemas al ejército en Texas, gracias a eso fue ascendido. Otro logro importante fue en la victoria sobre unos apaches que durante varios meses realizaron ataques guerrilla en la frontera con México, pero Smith fue capaz de contrarrestar sus ataques, aprender de sus técnicas, rastrear sus escondites y acabarlos, logrando el rango de teniente, de no haber sido mandado a este lugar podría haberse vuelto el siguiente Ulysess Grant.
- La verdad aquello es muy impresionante. - Y no estaba mintiendo, si el sargento en frente de nosotros logró tantas cosas, ¿por qué habrá terminado aquí?
Tras varias horas de caminata finalmente volvimos al fuerte, la verdad no estoy seguro si podré hacer esto diariamente, resulta que la distancia entre la fortaleza y la montaña es de más de 5 millas, sumado al calor, da como resultado un viaje agotador. Por lo que pude ver tenemos que marchar al mismo patrón y con un ritmo constante, con razón el sargento advirtió de que no nos quedemos atrás o se arruinaría la formación.
Al volver nos dirigimos al borde del fuerte dónde una serie de blancos estaban alineados, así que el sargento nos ordenó formar una línea paralela a los blancos y empezar a disparar, el modelo que tenía era un Springfield modelo1861, mi papá tenía uno parecido en su habitación, pero más desgastado, no había tiempo para admirarlo, pues tenía que practicar. Para ser mi primera vez usando un rifle no lo hice mal, logré acertar nueve de los diez tiros y aprendí que mi puntería es buena, pero tengo dificultad con el retroceso.
- Nada mal señor Featherstone, para ser su primer día lo está haciendo bastante bien, aunque igual noté que durante la marcha tuvo dificultad, le recomienda que mejore su resistencia. - Dijo el sargento tras terminar la práctica del tiro al blanco.
- Muchas gracias. - Cuando me di cuenta de lo que dije respondí. - Digo, señor sí señor.
- Mejor.
Tras parar fuimos a la cantina, estaba emocionado hasta que vi que la comida consistía en un pedazo de carne desgastado y seco con un pan duro como piedra, en serio comen esto, eso explicaría por que papá no le gustaba hablar de su época en el ejército, aunque dudo que solo por la comida actúa así. Tras recibir mi alimento me siento, veo a Jeffrey y me siento con él.
- Hola Jeffrey, ¿qué cuentas?
- No mucho, por cierto, si el sargento lo complementa, es porque tienes talento con el rifle.
- Muchas gracias, aunque dijo que tenía que mejorar en la marcha, pero me distraje hablando con Flynn.
- ¿En serio hablaste con Richard Flynn? - Preguntó como si fuera algo malo.
- Si. ¿Qué pasa con él?
- Ese sujeto tiene algo malo en la cabeza, siempre está alabando la gloria del ejército y tiene fe ciega por el Destino Manifiesto. Según él hay que hacer lo necesario por el país, no tiene nada de malo en velar por tu país, pero él lo lleva a un punto exagerado.
- No lo creo, parecía muy tranquilo.
- Igual ten cuidado, temo que si uno le dice algo que no le gusta termine matándolo.
- Estás exagerando Jeffrey, pero igual gracias por tu consejo.
- Está bien, pero no digas que no te advertí. - Y con eso termino su comida y se fue.
La verdad no sé qué fue eso, pues, aunque reconozco que Jeffrey es alguien confiable no me creo lo que dice sobre Flynn, nadie es así y mucho menos alguien como Richard, tal vez solo no le agradaba o tenían una pelea, ahora lo más importante es terminar la comida si no quiero llegar tarde al entrenamiento.
Así siguió la rutina por una semana más, despertar temprano en la mañana, comer un pequeño desayuno, marchar y practicar la puntería, tener el almuerzo, volver a entrenar y luego a dormir, a veces hay un poco de tiempo de sobra si se tiene suficiente energía y aprovecho para conversar con los otros reclutas o leer un poco. Aparte de Bird o Flynn conocí a un chico de 20 años llamado Bob Williams que planeaba volverse un músico, pero según él, requería experiencia y conocimiento de la vida que solo encontraría en el ejército. También estaba Matt Davis, un joven de color, de mi edad, cuyo padre era un congresista que viajó al sur durante la reconstrucción donde conoció a la madre de Bob, una ex esclava de Arkansas; en cuanto a su motivo de unirse al ejército, Bob dijo que era para volverse un general e incluso político para demostrar al mundo que los negros podían llegar lejos, a mí me pareció bien. Pero sin duda el recluta más peculiar era uno que se llamaba Seymour Peterson, era un hombre de treinta años que según Jeffrey apareció de la nada y se unió al ejército por su excelente condición, cosa que comprobé era cierta, cuando marchaba era el único que seguía sin dificultad alguna y en el tiro al blanco acertaba todos los tiros, a pesar de eso no interactuaban con nadie del campamento, solo caminaba y dormía. Recuerdo cuando intenté hablar con él tras terminar la sesión de tiro de la mañana.
- Hola señor Peterson, soy William Featherstone, el nuevo, estaba pensando que podríamos hablar un poco y hacer el entrenamiento menos duro. ¿Qué dice? - Tras oír eso me mira y se va.
- Olvídalo, no tengo interés. Si vuelves a hablarme, te pegaré un tiro. - Por el tono de voz que usaba, sentí que lo iba a hacer.
- Entiendo. - Tras irse me encontré con Bird y Davis, que al parecer miraron el encuentro, porque se estaban riendo.
- Tranquilo, a nosotros también nos amenazó, aunque a mí me dijo que me tiraría de la montaña. - Dice Bird riendo.
- Bueno, supongo que no se puede ser agradable con todos. Pero igual quería saber por qué es así y que lo llevo a este punto.
- En mi opinión es un misterio que nunca podrá ser resuelto. - Dice Davis. - Ahora podrías pasarme una cerilla, necesito un cigarrillo si quiero sobrevivir a la siguiente marcha.
- Bueno, pero ya me debes dos fósforos y no quiero que se me acaben. Por cierto, algún día haremos algo más que marchar y disparar, de ser así estaré muy decepcionado.
- Pues te recomiendo que te acostumbres, en esta parte del país nunca pasará nada. - Me dice Jeffrey.
- Que mal, pero igual espero que ocurra algo grande que nos lleve a la gloria.
- Como tú quieras, pero mejor nos apuramos para almorzar.
Y así pasó otro mes, conocí al resto del pelotón, pero no había nadie más que pareciera interesante, lo único que hicimos fue la misma práctica que llevábamos haciendo desde que entré, pero un día tras volver de la marcha de la tarde uno de los soldados de la torre se acercó al sargento, aunque estaba bastante sudado por lo que supuse que tenían que decirle algo importante. Cuando a Smith le susurro el asunto, se alejó del pelotón para discutir, pero me daba curiosidad saber de qué estaban discutiendo, por lo que me intenté acercar para escuchar algo.
- Es que usted es el más calificado. - Dice el soldado.
- Es que me parece absurdo, sería mejor que enviasen a otro regimiento, estamos muy lejos y mi grupo sigue en entrenamiento. - Responde Smith.
- Lo siento, pero es que nunca había pasado algo así y es que por su experiencia en las guerras indias pensamos que podría solucionarlo. Aparte de que, si no hace caso a la orden, lo terminarán expulsando del ejército.
- Supongo que no tengo elección en esto, pero requeriré más información sobre a quién me enfrento si quieren que me deshaga de ellos.
- Está bien señor.
- Maldita sea, no les bastaba con hacerme la vida imposible pero ahora quieren que vaya con un regimiento novato a una posible misión suicida. - Smith susurró, pero no le presté mucha atención a aquello.
Estaba bastante emocionado por lo que acababa de oír, finalmente iríamos a una misión y al parecer era bastante importante, sería la oportunidad para probar mi entrenamiento y obtener gloria, aunque tengo que admitir que me preocupaba un poco que el sargento mostraba muchas dudas, pero seguro no eran nada, así que volví con los demás justo antes de que el sargento también regresará.
- Escuchen soldados. - Gritó y todo el grupo se acercó para escucharlo. - El día de mañana partiremos a lo que probablemente sea la misión más importante de nuestras vidas. En el desierto del estado de California un grupo de indios tomó la fortaleza Franklin, liderados por el misterioso bandido llamado el Lobo, cuya cabeza tiene una recompensa de mil dólares. Será un viaje largo y duro, pero a pesar de las dificultades vamos a sobrevivir y recuperaremos el fuerte. ¡Y si esto no es por ustedes, háganlo por los Estados Unidos, el país que Dios bendijo!
Tras terminar, puse mi mano en mi pecho como todos los demás para recitar el lema de la bandera y de los Estados Unidos, aunque estaba un poco distraído debido a la felicidad de que la misión era real y era mejor de lo que soñaba, ir al oeste para rescatar un fuerte y enfrentarse a uno de los criminales más buscados del país, sin duda sería un viaje de leyenda, así que me acerque a Jeffrey para comentarle de aquello.
- Oye Jeff, suena emocionante lo que vamos a hacer, ¿tú qué opinas?
- La verdad no esperaba que nos mandarán tan pronto para una misión de este tipo, pero sin duda me ayudará a impulsar mi carrera militar.
- No sabía que te interesaba subir de rango en el ejército.
- Podría decirse que es mi principal motivación para unirme al ejército.
- Genial, yo me uní para conseguir gloria y tener grandes aventuras.
- Pues por tu actitud tendrías que conformarte con sobrevivir y salir del estado.
- No es chistoso. - Le dije ofendido.
- Ustedes pueden ir a ese matadero, yo no. - Dice Pete Skinner, otro soldado al que no me molesté en conocer al ver lo irritante que era, siempre se quejaba y maldecía su suerte por estar en este lugar.
- Vamos Pete, en serio vas a desperdiciar esta oportunidad.
- Oigan, a mí me obligaron a venir para "aprender disciplina" - dice sarcásticamente- pero no me van a mandar a una muerte segura, prefiero vivir como un cobarde. - Y con eso se fue.
No nos molestamos en intentar convencerlo de que se quede, si él no quería quedarse para pelear pues que así sea, aparte de todo el pelotón él era el que estaba en peor condición, siempre estaba destrozado en las marchas, muchas veces se quedaba atrás y su puntería era terrible. Cuando volvimos a las barracas para dormir, vi que Pete estaba preparando su maleta con un poco de dificultad, pero tras terminar se la puso encima.
- Bueno, fue un placer estar con ustedes, pero debo irme para vivir. - Dijo de manera presumida.
- Si quieres yo te puedo acompañar. - Dice Flynn de manera que nos sorprendió a todos, no pensábamos que haría algo como eso. Jeffrey mostró incredulidad y desconfianza por su respuesta.
- Está bien, supongo que así disminuye el riesgo de que me ataquen.
Cuando se fueron todos, nos fuimos a dormir, aunque yo no pude por la emoción del viaje y un poco por la curiosidad de que Flynn acompañase a Pete, pero lo mejor será intentar dormir para el día de mañana cuando partamos a California.